https://twitter.com/carolcarol91

miércoles, 27 de diciembre de 2017

YA NO USARÁ LA CAMA, AHORA DUERME EN UNA TUMBA.

Interiorizar una cosa hasta hacerla cotidiana no es bueno para el ser humano, sobre todo cuando tratamos temas delicados, que acaban deshumanizando la sociedad. Cuando a diario escuchamos cosas como guerras o hambruna en algún lugar del planeta, nos hacemos los consternados, pero en realidad, en poco, muy muy poco rato, hemos olvidado la noticia. Sólo nos conmueve eso que sucede cada cierto tiempo, como un atentado terrorista cerca de nuestra zona de confort, ahí es cuando activamos las alarmas y tardamos algo más en dejar un vacío cerebral de total olvido, aunque como siempre, lo terminamos olvidando también.
El problema viene cuando la noticia es algo que golpea DÍA TRAS DÍA nuestros televisores, periódicos y móviles, sin tan siquiera estrujar nuestras conciencias con la suficiente fuerza para frenarlo, porque el problema viene de mucho más lejos y eso, todavía se sigue justificando. 
Sí, hablo del TERRORISMO MACHISTA, de la matanza de la mujer, del asesinato y persecución diaria que acecha sobre nuestras cabezas. También la tuya, aunque seas hombre y estés leyendo esto. Nos matan por ser mujeres, simplemente por ser mujeres y además no cala en nuestro interior porque los medios nunca se atreven a decir la palabra "asesinada", sustituyendo esta por "muerta en manos de su pareja". Joder, lo hacéis difícil y largo. Sin ir más lejos, el periódico Levante, publicaba esta mañana una noticia sobre Andrea, la muchacha que su ex novio mató el otro día estrellando el coche contra una gasolinera: "Funeral por la chica muerta en el accidente de tráfico de Benicarló". No, no queridos periodistas del Levante, no ha muerto en un accidente de coche, ha sido asesinada por una persona con la que compartió dos años de su vida, estrellando el coche sin intento de frenada. A ver si empezamos a asociar conceptos. ¿Por qué no se atreven a decir la palabra "asesinada" prácticamente nunca? ¿Suena duro? ¿A qué se teme? A fin de cuentas es la cruda realidad, y superar esa barrera, una vez más, machista, es obra del feminismo, pues para estas causas está, aunque algunos se encarguen de echar piedras sobre dicho movimiento. Qué miedo se le tiene. Miedo, ¿a qué? 
Voy a explicar lo que yo siento y lo siento tras escuchar conversaciones de mi entorno y fuera de él, de mujeres, como yo, más mayores en la actualidad y que merecen todos mis respetos, pero que tuvieron mi edad en su momento y vivieron vidas mucho más distintas. 
No hace tanto tiempo que la mujer le debía a su esposo su virginidad hasta el matrimonio, su devoción absoluta en vida y un buen bienestar diario. Ella, se encargaba de cuidar de sus hijos, de limpiar y planchar la ropa sin opción a lo contrario, de mantener un buen clima hogareño y ser la mejor de las amantes. No exagero, es así. Con ello no quiero decir que al otro lado del matrimonio, es decir, el hombre, fuese un borracho, golfo y apestoso maltratador, para nada, aunque haberlos los había y los sigue habiendo, obviamente, pero simplemente hablo de una familia estándar, como puede ser la tuya que me estás leyendo o la del vecino. No hace tanto tiempo y todavía en la actualidad, la mujer debía ser la que aguantara las penas y vergüenzas del marido, aunque no fuese recíproco, siempre protegiéndolo de los males externos, porque no sé por qué, en esta sociedad se le tiene una lástima especial a los hombres, como si no fuesen capaces de desenvolverse en muchas cosas, y en el fondo, se les deja de inútiles, cuando no creo que lo sean, pero en esa posición se debe vivir bastante cómodo. Si en una familia de mayoría de chicas, hay un chico, descuida, él no debe nacer sabiendo cocinar, pero como llegue cierta edad y tú como mujer odies la cocina, oye, no eres digna de tener vagina. Creo que los roles ya se van repartiendo, yo tengo un hermano mayor y realiza sus tareas del hogar como cualquier mujer nacida a mediados del siglo pasado, lo que demuestra que no es un don innato de las féminas el ser cuidadoras de niños, maridos y hogares, cualquier ser humano indistintamente de su sexo, puede pasar un aspirador. El problema viene cuando eso no se comprende. El problema viene cuando ella, en lugar de callarse y agachar la cabeza, pensando que no le queda otra opción en vida que ser esclava, se revela, cuando es capaz de romper esas cadenas "amorosas" que le atan cada día a un futuro que no es suyo. El problema viene cuando la mujer se marcha, abandona una relación por el motivo que sea, ya no es el prototipo que el hombre tenía en su cabeza y lo deja despechado, sin plancharle la camisa y con el corazón arrugado. El problema es cuando crees que una mujer te pertenece hasta el punto de matarla. Cuando la hostia que le has dado resuena en la mayoría del colectivo feminista, cuando desde fuera, las que no estamos dispuestas a sufrir ningún tipo de abuso, ni falta de respeto machista, comprendemos por qué ocurre y la hostia nos duele a todas. Ya no somos las sumisas que algún día fuimos. Queremos poder ser libres, no vivir pendientes de alguien que no lo hace por nosotras, no queremos ser esposas, queremos ser suaves lazos de seda, que enlazan, pero no atan, ni aprietan, ni duelen. Y eso no todos lo llevan bien y por eso nos matan. Porque la digestión de los sentimientos que has creído siempre impuestos es un proceso costoso, el autocontrol cuando es tan fácil asesinar sin pretextos, no es necesario tenerlo. Simplemente después será una noticia más y cómo no, el minuto de silencio de rigor, con el alcalde del pueblo como siempre y las banderas a media asta; un minuto de silencio que debería durar una eternidad entera. 

Recuerden: Hay racismo, por ello matan personas de diferente color de piel. Hay homofobia, por ello se matan homosexuales. Hay machismo, por ello se matan mujeres.
Y si tú eres hombre y no te consideras machista, apoyar el feminismo es lo mejor que puedes hacer para acabar con esta lacra.
Y si eres mujer y justificas el machismo, sobre todo si eres joven (que las hay y muchas) estando en el siglo XXI y teniendo tantos medios para informarte, lo siento con todo el alma, pero eres el mayor enemigo que podemos tener y además, eres gilipollas.

47 ASESINADAS HASTA EL DÍA DE HOY EN LO QUE LLEVAMOS DE AÑO. Y aún quedan cuatro días para que termine. 


¡FELIZ 2018!





La maté porque era mía - Platero y tú


"Ya no usará la cama, ahora duerme en una tumba". 

miércoles, 22 de noviembre de 2017

SURVIVORS

A veces me engaño a mí misma pensando que nada ha cambiado, pero en realidad sé que todo ha cambiado y ahora tengo una prioridad mucho más reforzada: sobrevivir.

Hasta hace cosa de un mes, mi meta era vivir cada segundo que tuviese por delante y aprender de ello; desde una carcajada hasta una lágrima. Todo formaba parte de estar -todavía- viva y ello conllevaba un aprendizaje constante. Sigo pensando lo mismo, pero desde otro punto de vista. 
De pronto la vida me cambió y de repente y sin mucho tiempo para masticarlo y digerirlo, me vi paliando la agonía de enfermos, en muchos casos, terminales de cáncer. No todos, no todos. Pero sí bastantes. Los suficientes para observar, analizar, y ejecutar, desde mi más interna consciencia, algo más que el frío trabajo de un hospital. Al principio eran números, es inevitable, ni siquiera sabía dónde estaba situada cada habitación. Al principio eran el 125, la 115, el 106, pero poco a poco fueron siendo Isabel, Soledad o Antonio, y eso ya te hablanda o te endurece más, como tú prefieras. Yo creo que un poco de ambas. Confieso que hasta ayer, no había llorado delante de nadie, pero a veces el llanto no avisa y una simple conversación, una palabra de agradecimiento, un abrazo y una historia detrás fuera de una mascarilla de oxígeno conectada a la luz y al pulmón, te acerca a algo que nos concierne a todos y que nos introduce en un bombo del que agradece que no haya salido tu nombre de él. Y ahí es donde comienza la supervivencia. Entre las mil maneras de morir, sin duda, esta es una de las peores, por su lentitud, por el sufrimiento que arrastra y deja, tanto en el ser humano que lo porta, como en aquellos que le quieren y que compartieron tantos ratos a su lado. Cuando un día fuiste una persona sana y ahora te ves a la merced de un tóxico que tu cuerpo ya no acepta, porque dentro tienes un veneno mucho más letal. Se dejan llevar. Muchos en sus miradas aceptan su final y lo anhelan cuanto antes. 

Me gusta mirarles a los ojos, creo que es algo que me hace sentir mortal. Me gusta hacerles reír, eso es algo que me llevo en mi kit de vivencias aprendidas. Me gusta acariciarles la cara, es algo que me sensibiliza por dentro. Y me gusta hablarles, aunque estén dormidos o sedados o soñando con una vida mejor de la que les ha tocado; porque, como bien me dijo una queridísima profesora, el oído es lo último que se pierde y quiero creer, que si algún día me pasa a mí, alguien lo hará también. 

Y así es como cada día aprendo a sobrevivir, y aunque llevo años dedicándome a la sanidad, jamás había estado tan cerca del corazón, jamás había sentido en mis manos el calor y el frío que nos diferencia de aquí y de allá. Nada tan duro, como gratificante. Sólo les pido desde dentro, que sigan luchando, porque cada carcajada y cada lágrima, recordad, es la invisible cadena que nos sigue atando a la vida y si eso es lo último que os vais a llevar, que vaya por delante que por mi parte, intentaré con todas mis fuerzas que sea lo más auténtico posible. No hablaremos de injusticias, hablaremos de realidades. También de supervivencia. 








Esta canción, de mis ídolos junto a Rozalen, trata este tema y además tiene un mes justo. Mi casualidad. 

https://www.youtube.com/watch?v=iqHb7Wan98E

"Ha pasado algo importante, puse el contador a cero". 



sábado, 14 de octubre de 2017

A TOMAR VIENTO FRESCO

Estoy cansada, bueno, en realidad estoy cansadísima del bombardeo constante que tengo que sufrir y no sé por qué, presiento que no soy la única. No, no voy a hablar de Catalunya, de España, de Puigdemont o del repulsivo de Rajoy, de eso creo que he debatido tanto con cerveza en mano como cualquier español (nos une la patria, queridos), y he leído y escuchado tantas conclusiones que ni fuerzas me quedan para perder mi tiempo escribiendo sobre ello. Si tengo que posicionarme, lo tengo claro, mi iaio era rebelde y barcelonés.

Lo que quería yo decir es que estoy cansada, de la presión a la que mi humilde existencia se ve sometida constantemente. No sé si como mujer o como persona, pues me gusta vivir el feminismo sin victimismo, pero creo que lo de solterona o "no madre" es algo que me afecta directamente como mujer, aunque prefiero hablar como ser humano. Me HARTA, sí, me H-A-R-T-A, en mayúsculas y deletreado, el tener que aguantar preguntas sobre mi vida, el tener que aparentar que todo va genial cuando alguien te pregunta, aunque en realidad no te están preguntando para oírte a ti, sino para escuchar su respuesta, como si no supiesen que en este siglo, vender una vida perfecta, queda bastante caduco. "¿Estás con alguien?", "¿estás soltera"?, "el otro día te vi con fulanito, "¿qué tal?", "¿estás trabajando", "¿dónde?", "¿estás estudiando?", "¿dónde?", "yo a tu edad ya estaba casada", "yo a tu edad ya tenía cien hijos", "yo cobro un sueldazo", "me va todo genial", "tienes toda la vida por delante, aprovecha", "ya se te está pasando el arroz", "tienes que ser más transigente", "que no te toree nadie",...


Vamos a ver en qué quedamos. Me has visto, me has desvisto, me interrogas, me aconsejas, me desaconsejas, tiras por tierra mis sueños, me presionas a ser madre, tengo que mirar por mí o qué mierdas pasa. ¡Me quedaré sola si soy exigente y a la vez es mejor que te quedes sola porque tienes muchas metas por cumplir aún! En serio, esta presión pseudomediática es agobiante. Qué clase de competición formamos en nuestros escasos años en el planeta Tierra para que parezca que tienes que encadenarte a todo y a nada a la vez, y sobre todo llegar el primero.
Muy bien, has conseguido un buen puesto laboral, ahora te falta un novio. Muy bien, has logrado un novio, ahora la boda. Genial, ya estás casada, ahora los niños. Estupendo, ya has parido, qué gorda te has puesto. Uy, ya has adelgazado, qué delgada estás, qué guapa, pero tu cuerpo no ha vuelto a ser el mismo. ¿Te has divorciado? Si es que ya se te veía de joven, que nadie te iba a aguantar... y eso es en lo que te conviertes si te dejas llevar sin imponerte.  Una existencia sin problemas, es una mentira vendida muy mal por parte de los demás y junto a esa mentira viene una reguero de preguntas que quizás no sepas contestar y ni siquiera te haga falta, porque sólo les importará cuando estas sean negativas, porque la infelicidad de los demás camuflada, siempre lleva a deseársela a un tercero. No tienes que estar para todos, no tienes que llegar a todo, no puedes saber qué día conseguirás el trabajo de tus sueños, si aprobarás ese examen con buena nota, si te casarás de blanco o de amarillo o si tendrás cien hijos o ninguno. Que no te engañen diciendo que todo o nada. Que no te metan presión, pues no eres un neumático. Que no caiga todo el peso de la responsabilidad sobre ti. La vida hay que tomarla sumergiéndose en ella, pero de vez en cuando hay que subir a tomar aire. Cuando lo necesites.







No, aún no soy madre, porque aún no sé cuidar de mí.




Extremoduro - So Payaso 

https://www.youtube.com/watch?v=1Iw1Qx7c2yc


"So payaso, te tiemblan los pies a mi lado". 





lunes, 18 de septiembre de 2017

CUANDO EL DÍA EMPEZABA CON UN COLA CAO...

Desperté aquella mañana con el inconfundible sonido que emiten los pájaros habitantes de las montañas, mezclándose con el olor a pino mojado que deja tras de sí el torrente de agua que sólo puede sentirse allí arriba, donde se taponan los oídos por la presión; virutas de pino amando la lluvia o a la inversa o recíprocamente, no lo sé, sólo sé que aquello me hacía simplificar la felicidad. Era abril, un abril de finales de los 90 o principios de los 2000, vacaciones para mí, donde no necesitaba más que la compañía de los que están y de los que ya no volveré a ver. Yo me levantaba de la cama y en la cocina, ya me esperaba un vaso rebosante de leche y Cola Cao (ahora sería Nesquik, la vida cambia) y un plato de lo que el día anterior no había sido más que cachos de pan duro y que la metamorfosis -o las irrepetibles manos de mi iaia- había dado paso a unas maravillosas torrijas con sabor a canela. Era Pascua, qué duda cabe. De esas Pascuas con bacalao desalado en agua en la mesa porque la carne está "prohibida", pero con pedacitos de longaniza de pascua bajo manga a la hora de la siesta, cual criminal atracando el Banco Nacional. 
Vacaciones de mona y chocolatina redonda, sentada junto a mis amigas en aquellos bancos donde no nos importaba siquiera que el pantalón quedara húmedo después de reposar nuestras nalgas tras la lluvia. Paquetes de pipas y un Cluedo en la terraza de cualquiera de nuestras casas hacía el resto. Música, música que anunciaba un verano movido unos meses después. Música que planeaba un agosto que aunque parecía lejano, y más con aquel cielo opaco y aquellas chaquetas vaqueras y aquellas zapatillas de deporte con calcetines hasta las rodillas, nosotras lo sentíamos cerca porque sería la próxima vez que volveríamos a vernos. Música que derivaba en pasos de baile, que meses más tarde plasmaríamos en un escenario, con vestidos de brillantes, pelo de peluquería, maquillaje exagerado y la mejor versión de nosotras mismas, junto a los nervios y adrenalina que sólo se siente antes de exponerte al público. Pasos de baile improvisados mientras pisábamos piñones caídos de los mismos pinos que emanaban aquel característico olor a tierra mojada y de los que continuamente veías saltar ardillas que te lanzaban piñas a la velocidad de un misil. Y las cogíamos, las abríamos a la fuerza -las que se dejaban abrir- y nos comíamos su valioso fruto, por si la mona, la chocolatina redonda y las pipas no había sido suficiente. 
Así transcurría aquella Pascua, similar a la anterior y parecida a la siguiente, sin fecha de caducidad en aquel momento de la vida, pero que el transcurso de la existencia se encarga de que termine.
Un "bote botero", una peli de miedo y algún cumple con sándwiches, remata mi infancia. 

Ahora soy adulta, mis Semanas Santas, ya no son tan santas, ya no son en aquel pueblecito de Castellón que me dejó grandes amigas y maravillosos recuerdos. Mis Semanas Santas ahora son trabajando, en mi ciudad y planeando el siguiente viaje que haré para conocer más allá de aquel sonido de pájaros insaciablemente cantarines, más allá de aquella lluvia incesante, de aquellas torrijas que nunca más podré probar, de aquellos pinos que junto a la pólvora confeccionaban mi olor favorito; más allá de aquellas canciones que no volveré a bailar y de aquellas monas que digerí el milenio pasado. La vida nunca va un paso por delante, la vida va a su ritmo, y como en toda la historia de la humanidad, todo tiene un cómo, un dónde y un por qué.

Será que el final del verano siempre me vuelve nostálgica. 




El temazo de hoy es el que aparece en el "vídeo casero" el día previo a mi Comunión que grabó mi hermano en casa. Esta canción sonaba de fondo y desde entonces, es la canción de mi Comunión. Ya ha llovido, os lo aseguro. 

Lovefool - The Cardigans 

https://www.youtube.com/watch?v=NI6aOFI7hms

"Mama tells me I shouldn't bother". 

miércoles, 30 de agosto de 2017

TU ALMA MACERANDO EN TU ESENCIA.

El verano dice adiós sin tan siquiera preguntarme si deseo que se marche, la respuesta la tendría clara, un NO rotundo que resonaría hasta en el mismísimo infierno donde algún día de estos tres meses, a más de uno y de una, le ha parecido estar. Es cierto que todavía quedan varias semanas, pero agosto se ahoga, y eso ya anuncia un cambio de estación inminente, que no sé en vosotros, pero a mí me transforma las horas, sumergiéndome en un otoño innombrable. Pero transformar no es malo, si de eso aprendes. Nunca un cambio fue para mal. Sólo es cuestión de paciencia. 
Los cambios de temporada modifican todo, a la vez que el paso de los años lo hacen también. Y ese NO con absoluta rotundidad que le respondería al verano ante su insistente marcha, lo extrapolo a mi conciencia. 
Jamás supe decir un "sí" sin sentirlo, sin salir de lo más hondo de mis entrañas, pero es cierto que más de un NO he callado y ha sido duro, sobre todo para una persona que no acostumbra a fingir. Ay, pero los años, cómo saben los años lo que los días desconocen, cómo enseñan -si quieres- el camino o el norte, como mejor plazca llamarlo, para ubicarte en un mundo donde no es fácil hacer valer la existencia personal e intransferible. Y sí, he aprendido a decir NO. La verdad, ha sido un proceso largo, donde mirar por mí misma, deparando en el resto, me ha llevado más de un quebradero de quijotera. Mi vida es un aprendizaje diario y entre ese aprendizaje está el decir NO. 

NO, no quiero eso para mí.
NO, no necesito eso ahora. 
NO, no me apetece.
NO, lo que estás haciendo no está bien.
NO, no voy a hablar por ti.
NO, ese favor no me corresponde hacértelo.
NO, no quiero adaptarme a tu plan.
NO, no vas a dorminarme.
NO, no me busques que ya no estoy.
NO, no me caes bien.
NO, oye, vete a la mierda.
NO... NO es NO.

Hay tantos NO que he callado, que ahora que he aprendido a decirlos sin remordimiento alguno y para mi propio bienestar personal, ya no logro comprender a quien empeña su vida a merced del resto, pues hay personas dispuestas a chuparte la sangre y consumirte los minutos si no aprendes a decir un NO a tiempo y sonoro. Resulta satisfactorio ver quién queda a tu lado tras lograr ser tu misma sin etiquetas ni personajes, con tu "sí" y con tu NO, pues eso es la propia vida gritándote quién te quiere por quién eres y quién sólo por tu silencioso NO. Pues NO, yo me niego a seguir callando cuando algo no me cuadra, cuando algo se descuadra, porque NO todo vale. NO siempre debes ser paciente, NO siempre debes pensar que tú tienes la culpa, NO siempre debes ser tan crítica contigo misma...
Autoanalízate, escucha tu cuerpo cada segundo, conecta con él desde el alimento que necesita hasta la acción que desea realizar. Autocritícate también, pues eso te enseñará a saber pedir perdón, perdonar y empatizar. Es un proceso costoso, diría que el más costoso que pueda existir, es un esfuerzo grandioso, glorioso y constante y del que nunca lograrás conseguir un resultado completo, pues nuestras propias decisiones nos llevan a circunstancias y personas que se escapan del equilibrio existencial, pero trabajar nuestra cabeza en todos los aspectos, explotar nuestra intuición y hacer uso de nuestros sentidos, facilita un camino lleno de probabilidades, donde jamás sentirás que el mundo se acaba por una banalidad. Seguirán existiendo las noches sin dormir y los problemas repentinos, pero nada perturbará tu mundo interior tanto como para no saber qué necesitas, cuándo lo necesitas y por qué lo necesitas. Y cuando hayas llegado a ese nivel, cuando lo que eres y lo que muestras vaya a la par, habrás aprendido a decir NO de forma natural y espontánea, y te aseguro que ese día, ya no habrá vuelta atrás, serás una diosa o dios terrenal, serás tu propia alma macerada en tu esencia y eso no tiene precio. Eso es la vida. Eso es la felicidad. Un NO a tiempo, sin más.




Gran canción, que inspiro y me inspira.

This is the last time - Keane

https://www.youtube.com/watch?v=7IJ89_RzfCU

"And years make everything alright".

domingo, 20 de agosto de 2017

YO NO TENGO MIEDO

Yo no tengo miedo. No tengo miedo de salir a la calle, de ir al concierto de mis artistas favoritos o de disfrutar de las fiestas de mi ciudad, que vaya por delante, mueven masas. 

No, yo no tengo miedo de un camión o una furgoneta, tampoco de una maleta olvidada en un autobús, porque prefiero pensar que alguien se la ha dejado y estará buscándola apurado, antes de creer que la han dejado ahí para matarme a mí y a todos los que me rodean en ese momento.

No, tampoco tengo miedo de cruzarme a un musulmán por la calle, no tengo miedo de compartir asiento con ellos, ni asco, ni fobia, ni nada parecido. Porque creo que no todo el mundo que me cruzo por la calle, indistintamente de su procedencia o creencia, es un asesino. 


Os contaré a lo que yo sí tengo miedo:

Tengo miedo del dinero, que mueve mi planeta en forma de armas, de grupos sectarios que cazan chavales con un nulo nivel cultural para sembrar pánico en el "tranquilo" Occidente; con un pretexto que desconocemos o que queda muy lejos de nuestra realidad, son mandados aquí a derramar nuestra sangre, la sangre de ancianos, de adultos, de jóvenes, de adolescentes, de niños... indistintamente y sin piedad, esa misma de la que carece cualquier asesino del mundo, sin diferenciar, como he dicho antes, procedencia o creencia. 
¿Por qué no lo tomamos como una guerra entre Oriente y Occidente, de la que los gobiernos saben y mucho, que nos ocultan y que les conviene? A fin de cuentas, en cualquier guerra mueren  civiles de edades dispares, que nada tienen que ver con los negocios sucios de sus gobernantes, sin embargo a los soldados se les llama héroes. Lo que ocurre que para mí, y sin pretender ofender a nadie, cualquiera que mata es un asesino, bien sea bajo el nombre de Allah o de su nación. Nada justifica una muerte, ni quiero escuchar dicha justificación, porque resuena a bomba detonada en mis oídos sensibles.
Muchos se preguntan si sería posible la Tercera Guerra Mundial, yo creo que de algún modo la estamos viviendo, de la manera más sádica e hipócrita que podría hacerse, que no es ni más ni menos, que sin avisar, sembrando pánico y odio, sembrando diferencias raciales y culturales, porque la unión de la humanidad, es algo que no se puede consentir, mientras haya personas agarrando el poder con sus manos, agarrando nuestra Tierra con sus garras, agarrándonos del cuello a todos, indistintamente, digo de nuevo, de nuestra procedencia o creencia.

Sí, lo fácil ante una situación como esta es odiar, sin analizar, sin ponerse a pensar, porque entiendo que eso es algo que hay que ejercitar y hay quien prefiere no hacerlo; entiendo que ante una situación como esta, muchos utilizan como escudo la muerte de casi 20 personas para justificar su racismo (sí, hablemos claro), pero si hay algo que tengo siempre presente es que en esta vida, si te consiguen volver mala persona, has perdido.

CONDENO CUALQUIER MUERTE, EN CUALQUIER LUGAR DEL MUNDO A CUALQUIER HORA. EL ODIO NO NOS LLEVA A NINGUNA PARTE, SINO A PARECERNOS MÁS A AQUELLOS QUE NO BUSCAN LA PAZ, CON SUS ARMAS, SU DINERO Y SU PODER.
DIRÍA QUE NO MÁS, QUE BASTA YA O COSAS ASÍ, PERO ESO NO SERVIRÁ DE NADA. LO ÚNICO QUE HOY PUEDO GRITAR ES: YO - NO - TENGO - MIEDO.




All you need is love- The Beatles

https://www.youtube.com/watch?v=uopt5nZdFEs

"No one you can save that can´t be saved".

lunes, 31 de julio de 2017

TREN HACIA EL CIELO INFERNAL

Mi madre siempre dice que le busco los tres pies al gato, y la verdad es que no puedo quitarle razón. Algunas veces, esto crea conflictos, pero me gusta conservar esta "cualidad" de mí a temperatura ambiente, pues sin ella creo que sería incapaz de escribir, ni tan siquiera de mantenerme en pie en este universo. Sí, yo soy de esas personas que cree que siempre hay algo más de lo que ve o lo que escucha, soy de las que moviliza el mundo si tiene un presentimiento y de las que expone párrafos intentando descifrar las incógnitas que acarrea su vida, de la mejor forma que sabe, desde noticias, hasta acontecimientos personales; es mi forma de comunicarme con el resto. Y hoy voy a hablar sobre lo que más me ha afectado estos últimos días fuera de mi micromundo pero dentro del mundo que comparto con el resto: la muerte de Lucía Vivar.

El jueves pasado, me despertaba con una noticia tremenda: una nena de tres años había sido encontrada muerta al lado de las vías del tren, tras una desesperante noche de búsqueda. 
El estómago se me revolvió para las 23 horas restantes, y no me podía quitar de la cabeza ese titular. Conforme fue avanzando el día, y aunque absorta en mis cosas, no dejé de intentar mantenerme enterada sobre la última hora de este caso y poder esclarecer qué le había ocurrido a la pequeña Lucía. Lo cierto es que al principio una piensa que le habrá ocurrido lo común, lo que estamos acostumbrados a que nos cuenten, es decir, que un trastornado ha cogido a la niña y ha hecho de ella lo que ha querido. Pero es que amigos, para mi sorpresa -y la de mucha gente-, esa misma tarde y sin realizarle aún la autopsia, ya se hablaba de muerte accidental, ¿me explicas? O sea, encuentras a una niña a siete kilómetros de donde estaba jugando (luego resultaron ser tres), en la oscuridad nocturna (un bebé perdido, huyendo de la luz, ¿me explicas?), sin encontrar rastro de ella en toda una noche de búsqueda, con su chupete detrás de un banco y que decide dormir encima de las cómodas y confortables piedras de las vías del tren, en lugar de apoyarse un árbol, por ejemplo, que por lo que he visto en varias fotos, habían muchos alrededor, y sin ton ni son, nos cuentan que ha sido un accidente. Uy, uy, uy, aquí ya empecé yo viendo algo raro, llamadme conspiranoica, pero es que me he comido con patatas muchos documentales y blogs de Alcàsser -entre otros- y desde luego que los casos que no se quiere resolver, la prensa se encarga muy bien de que así sea.
Aun así di un voto de confianza hasta esperar que el periodismo español informara a sus serviciales ciudadanos sobre el resultado de la autopsia. Y efectivamente, qué podíamos esperar, ya para la mañana del viernes toooodos los titulares, repito, tooooodos los titulares, rezaban un: MUERTE ACCIDENTAL DE LUCÍA VIVAR. Confirmando así que ella sola recorrió los siete -luego tres- kilómetros oscuros y que al quedarse dormida en las cómodas y confortables piedras de la vía férrea, el primer tren de la mañana pasó por su lado y le golpeó la cabeza (WTF????), y a ello se debe el golpe que presuntamente (presuntamente para mí, para la prensa no), la mató. 
O sea, me explicas cómo un tren que va en paralelo al cuerpo de la niña, le da en la cabeza, y en caso de no estar en paralelo, ¿cómo no la decapita?. ¿Me explicas, por favor? Y además no lleva más hematomas por el cuerpo. Qué golpe tan fuerte y seco. Ahora cada vez que un tren pase a mi vera, me cubriré la cabeza, no vaya a ser que se estampe encima de mí y me mate. 
Ah, y otra cosa, ¿por qué si durante toda la noche la Guardia Civil, estuvo buscando a la criatura, sabiendo que estaba en las inmediaciones de las vías -se perdió en una estación-, no se paralizaron los primeros trenes de la mañana? ¿Me explicas? 

Ahí dejo las incógnitas que a mí me vienen a la cabeza, una vez más queriendo cerrar rápido un caso, sin culpables, un accidente, como cualquier otra cosa en la vida, ¿no? Total, Lucía ya no nos lo podrá contar. Lo que yo quisiera saber es qué se intenta tapar, qué hay detrás de todos estos casos en los que cuando no es un infortunio es un cabeza de turco, pero realmente nunca se vuelve a saber nada de los casos de todos esos niños y adolescentes que o bien se les entierra para toda una eternidad o bien se les traga la tierra, literalmente, porque de muchos no se vuelve a saber nada. No hay cuerpo, no hay delito. Cada año, alguien diferente. ¿Con qué finalidad? No lo sé, aunque tengo mi propia versión, soy "conspiranoica" -o realista, quién sabe-, pero no quiero hacer de mi blog eso. Para leer e informarse sobre los niños y niñas de este país que son víctimas como Lucía, hay páginas y blogs exclusivos para ello. Yo sólo veo, escucho y plasmo, y sobre todo pienso, pienso en esas mentiras que nunca me voy a creer. 

DEP, LUCÍA.





Hoy dejo una de mis canciones favoritas, endulzando esta amarga entrada, aunque con un toque de nostalgia. La canción en realidad es de New Order y me encanta, pero esta versión de Frente, además de preciosa, creo que combina mejor con el post.

Bizarre Love Triangle - Frente

https://www.youtube.com/watch?v=IJ1c9ErCn7w

"It's no problem of mine but it's a problem I find"

domingo, 18 de junio de 2017

CORTINAS DE HUMO

Estaba escuchando una canción demasiado triste para las cosas que están sucediendo ahora en el mundo, no quiero que siga sonando, hoy no. 
Hay días que no comprendo la miseria de vida que comparto con otros seres, hay días que me niego a pensar que en este planeta suceden cosas de las que nadie estamos exentos. Nos están matando, nos están matando y ahora han encontrado una forma fácil de hacerlo, eliminando pruebas y pareciendo puros accidentes cotidianos, mediante el fuego. Pero que un edificio de casi 30 plantas se calcine, que semejante monstruo arda al completo, no me parece un simple accidente doméstico. No entiendo de ingeniería, de arquitectura, ni de materiales de construcción, pero ¿no se pudo controlar antes de propagarse? ¿De qué estaba hecha la torre Grenfell? ¿De corcho? ¿27 pisos ardiendo a la vez? ¿70 metros prendidos fuego por una supuesta nevera? Pero, ¿se creen que somos idiotas? Y los titulares amarillistas, sanguinolentos y repulsivos, haciendo notar su miserable periodismo, nos lo venden tal cual, mientras nos cuentan las últimas palabras de una tal Gloria a su madre, cuando agonizaba o del hermano de Omar, que no pudo sobrevivir. Ahí, ahí, contando lo interesante, lo que a la gente le llegue al alma sin más, con los lamentos cotidianos (esto sí es cotidiano), para mañana olvidar que siempre pagamos justos por pecadores, que esas personas no van a volver y que se pondrá tierra por medio, una buena cortina de humo, valga la redundancia, que no nos tiente a pensar más allá sobre lo acontecido. Te lo comes con patatas y punto. Mañana podría ser tu edificio, o no, según tu nivel de vida o tu religión. Uy, que me voy del tema.

Y ahora Portugal, bajo un titular que reza: "Devastadora tormenta de llamas". Qué desolador suena la palabra "devastar", te anticipa una tragedia bastante gorda, te adentra en las tripas de la noticia y a la vez, te avisa, que el fuego es el fiel culpable de esto. Algo vacía es la palabra "devastar", sobre todo cuando estamos hablando del segundo incendio en la misma semana, que, curiosamente, se ha cobrado una cifra casi casi exacta de víctimas. Pero aquí no acaba la cosa, pues la noticia dice que "las llamas se propagaron de forma que no tiene explicación". Pues, no me cabe duda, esto es tarea de Íker Jiménez, que alguien le llame ya, el pueblo necesita saber. 

Ahora hablo en primera persona, dejando las ironías, porque al final siempre me gusta ponerle un toque de humor a las cosas, sobre todo cuando siento que se están riendo en mi cara, pero no voy a negar que estos hechos me afectan muchísimo, me ponen profundamente triste, porque no necesito escuchar una conversación de una mujer de mi edad con su querida madre, para imaginar el sufrimiento que habrán vivido estos 120 seres humanos (suma aproximada de ambos "accidentes"); toda la desesperación, toda la incertidumbre, todo el pánico que reflejarían sus miradas mientras el fuego arrasaba sus casas y sus vidas. Y la desazón de después, el desconsuelo de esos familiares que ya no dormirán tranquilos ni una noche más. 
Por favor, empaticemos, pensemos, aunque creamos que no sirve para nada, es importante ser conscientes de lo que está pasando en este mundo, sobre todo cuando los medios por los que debes informarte, no te informan y sólo juegan al despiste. Eso siempre da pie a crear tu propia versión, quizás estés equivocado, pero el día que escuchemos una verdad convincente de este tipo de sucesos, podremos decir que el mundo se empieza a curar. Hasta ese momento, a mí por lo menos, no me va a vender la moto nadie y seguiré firme, pensando que esto no han sido dos accidentes casuales, domésticos, cotidianos y sin explicación alguna. 
Queremos respuestas, aunque nunca las vayamos a obtener.





Dire Straits - Walk Of The Life

https://www.youtube.com/watch?v=k9_VOy7VipQ

"And after all the violence and double talk
There's just a song in all the trouble and the strifeYou do the walk, you do the walk of life, yeah he do the walk of life".

domingo, 28 de mayo de 2017

EL ARTE DE SABER SER

Prende una tarde cualquiera de primavera, mientras observas cautelosa por la ventana, con un té entre las manos que dejas enfriar. Hace calor, excesivo calor para ser todavía mayo y en el ambiente ya se palpa un verano inminente. Lo dejas venir, consientes que el calor se adueñe de tu piel, porque te gusta, te encanta ver el sol marcharse a esas horas imprudentes, te gusta verlo juntarse con la luna y celebrar la vida bajo ese cielo sin lluvia. 
La tarde prende y tú prendes con ella, mientras de fondo suena "Paloma" de Calamaro y una sonrisa nerviosa y tranquila al mismo tiempo se escapa de tu boca. Adoras pensar mientras ves el mundo girar tras el cristal que te separa de él, dentro de tu microclima, el que tú has ido construyendo con años, lágrimas y alegrías; y ahí es donde se detiene tu mente, al pensar en todas las veces que has sonreído en lo que va de año. Es casi imposible recordarlas, todos los días sonríes una media de ¿cien veces? ¡Qué barbaridad! ¡Qué poca intimidad le das a tus dientes! Aunque las sonrisas más tontas sí son palpables, pues te has acordado que hace apenas tres días, te iba siguiendo una mariposa blanca por toda la calle y durante el trayecto, absorta en admirar esa bella estampa, no dejaste de sonreír ni un segundo. Esas cosas te mantienen viva, joder. Hay gente muriéndose todos los días y esa gente no va a poder volver a ver una mariposa en su puta vida porque, en el mejor de los casos, sus cenizas estarán esparcidas en ese lugar donde fue feliz o pudriéndose bajo tierra, donde hasta las raíces de los árboles están más despiertas. No hay segundas oportunidades. ¿De qué podrías quejarte? ¿Por qué tendrías que hacerlo si al pellizcarte aún te duele? Le das un trago al té, sabes que a estas horas no deberías beberlo pues la teína hace estragos en los ardores de tu cerebro, y sólo le falta eso a ese cabrón, un chute extra, como si aguantarlo a diario metido en tu quijotera no fuese suficiente. Pero aun así te bebes el té, porque sí, porque puedes permitírtelo, ya asumirás las consecuencias de dar mil vueltas en la cama esta noche. De momento aún es de día, la tarde todavía está prendida, Calamaro ha dado paso a una de esas canciones que bailaste anoche. Sí, tu repertorio musical es tan diverso que a veces sientes hasta vergüenza cuando de pronto se juntan dos canciones que, obviamente, nada tienen que ver. O sí, quién sabe. En realidad Calamaro también habla de sexo, drogas y vicios en general en muchos de sus temas, siempre dirigidos a un público masculino, pero que gusta en el femenino. Como las canciones que anoche bailabas en el pub. Jolín, de verdad, es que vosotras siempre tenéis que estar en el punto de mira y aún tendréis que justificaros por menear el culo en una discoteca. De eso pueden salir muchas canciones. Calamaro lo hace con más arte.



Y la verdad, no entiendo por qué la gente ve algo nostálgico en asomarse a una ventana, cuando es un momento de meditación donde una llega a la conclusión de que baila lo que le apetece, cuando le apetece, escucha lo que quiere y bebe té sin horario, sonríe mucho durante el día y a veces también se encana de risa, aunque es mejor que no la veas enfadada. Una llega a la conclusión de que el verano le da la vida, es algo que sabe de sobra, pero le gusta reafirmarlo cada año. A veces le persigue alguna mariposa y agradece todos los días el seguir viva, en un planeta en el que no es fácil mantener las constantes vitales. Es la maravilla de ser y existir. Todo está lleno de probabilidades, agarra fuerte lo que te gusta y úntalo en tu piel, que lo retenga tu carne, siéntelo, no pases por la vida ni de puntillas, ni de cuclillas. Álzate y pelea. No hay mayor lucha y gratitud que hacer lo que las vísceras te griten cada segundo, sin prejuicios y con honor. En ocasiones para disfrutar, también hay que combatir la pereza. 
Y que arda el mundo, que una ha pensado que se pilla primera fila y si la teína la altera... siempre se puede cambiar el té por una buena birra. 
¡Feliz semana!



Andrés Calamaro - Paloma

https://www.youtube.com/watch?v=e-2UG6Cgvck

"Voy a vivir para repetir otra vez este momento".

miércoles, 10 de mayo de 2017

VIVIR ES MÁS BONITO ASÍ.

No sé si soy capaz de perdonarme tanto tiempo sin escribir aquí, pero es que entre estudios, trabajo, compras y preparativos varios, no he tenido mucho tiempo para ponerme delante de la pantalla a contar mis batallitas. Cabe confesar que también tengo mis momentos de ocio al día y eso me apura las horas para dedicarle al blog (que no a la escritura, pues eso es algo diario). 
Mi curso está a punto de terminar y menos mal, porque tengo la cabeza saturada, mi cerebro necesita un merecido descanso y mi vida anhela más horas dedicadas a mí; pero ya vendrán.
La realidad es que yo, por X o por B, no soy ni de lejos la misma que comenzó en septiembre. La vida avanza y se ve cuando echas la vista atrás, pero hoy no voy a hablar de los cambios existenciales, ni tampoco de las noticias que cada día se atornillan a la televisión y me resultan insulsas, monotemas y demasiado banales para dedicarles una entrada de blog, que no creo que no haya hecho antes. Así que hoy hablaré de mi viaje a Sevilla con mis amigos, donde respirar felicidad ha sido más fácil que respirar oxígeno. 




Eran las 6.00 am. del viernes 5 de mayo cuando sonaba el despertador al unísono en seis casas del barrio de Malilla (Valencia), muy cerca las unas de las otras. El sueño no era un impedimento, cuando se avecinaba ante nosotras una fabulosa experiencia. La Chupipandi, ese grupo de amigas formado hace muchos años atrás y que tiene anécdotas para escribir un libro, por fin se iba de viaje juntas, tras hablarlo, planearlo, ponerse de acuerdo y llevarlo a cabo. Parecía que nunca llegaría este día, pues aunque algunas de nosotras ya habíamos viajado por nuestra cuenta (Madrid, Oporto...) nunca habíamos coincidido todas y eso ya sumaba un extra a este viaje. Pero no os engaño, todas no estábamos, faltaba nuestra Madre Natura, nuestra Irene, nuestra Parri, que viviendo en Australia le resultaba imposible unirse y a la que hemos tenido presente cada minuto de esta aventura. 




Todo comenzó cuando hace algo más de un año, Paula nos comentó que se iba a vivir a Sevilla, nada menos que al barrio de Triana y coincidiría con la Feria de Abril; en aquel momento todo quedó plasmado en nuestro bar de siempre, con cerveza en mano y de boquilla, sin pensar que el 5 de mayo de 2017, cogeríamos un AVE con destino el Real de la Feria. Y así fue, y así transcurrieron nuestras cuatro horas de viaje, entre el cerveceo de media mañana ("¿cuándo está socialmente aceptado beber en el tren?", by Marina) y la ilusión que se palpaba en las sonrisas y las miradas de complicidad, de quien se conoce cada asunto cerrado o pendiente en la vida de la otra. 




Llegadas a Sevilla, dos taxis nos llevarían al precioso barrio de Triana, bañado por un imponente río Guadalquivir, con la Torre del Oro custodiando las vistas y el puente Isabel II abierto para nosotras. También desde ahí se visualizaba en la lejanía una esplendorosa Giralda que nos daba la bienvenida y las infraestructuras de la Expo 92, que la ciudad aún conserva como recuerdo de aquel año. Ahí estaba nuestra casa, en el corazón de Sevilla y ahí, en una plantita baja de dos habitaciones y dos baños, nos metimos 6+1, es decir las seis turistas y la anfitriona. Sin problema alguno, pues íbamos equipadas con colchones hinchables, mantas, almohadas y demás menaje del hogar. Nada que no tuviera solución, somos de la generación del Tetris.




Y ya tocaba ver Sevilla, comenzamos obviamente por hacernos quinientas fotos en la zona donde íbamos a pasar las siguientes 72 horas de nuestra vida y después visitamos Plaza España. Creo que no he visto algo tan bonito jamás; la palabra increíble se queda corta. Sevilla es especial desde el minuto uno en que la pisas y no sólo por lo preciosa que es, sino por la hospitaliad de la gente. 
Nos pusimos "morás" de pringá, de berenjenas, de chocos y de todo tipo de tapeo bueno, sabroso y barato.







La tarde del viernes la dedicamos a intentar subir a la Giralda (a 5 minutos de cerrar, por lo que fue imposible), a tomar café en nuestro acogedor y efímero hogar y a ducharnos y ponernos guapas para ir a conocer una nueva fiesta: La Feria de Sevilla. 



Hechas un pincel, pusimos rumbo al Real, no sin antes parar a reponer fuerzas en un pequeño bar, donde nos trataron con todo el cariño del mundo y donde dejamos sin existencias de rebujito al local. 





Como anécdota, la repentina lluvia que aún nos obligó a quedarnos más rato bebiendo Manzanilla con 7up, pero en cuanto esta cesó, llegamos a la Feria. Y ahí estaba ante nuestro ojos un portón enorme que rememoraba el 25 aniversario de la Expo (donde estuvo mi familia cuando yo apenas era un bebé), separando la fiesta de la ciudad. Las fotos, como es lógico iban y venían. Nosotras lo mirábamos todo con ojos de novedad, de curiosidad, como cuando algo sólo es visto desde el televisor y de pronto lo estás viviendo en primera persona. 




Acudimos a la caseta donde la maravillosa Nayat nos invitó; una caseta privada que nos hizo descubrir la parte de atrás de estos lugares, los restaurantes que tienen montados en lo que parece una pequeña carpa. Ahí detrás nosotras tapeamos de lo lindo y seguimos bebiendo rebujito, que para eso estábamos en feria. Una jarra tras otra, dio paso a los gintónics y de ahí a recibir invitaciones para otra caseta donde la fiesta nos esperaba hasta el amanecer. Todo un show, las valencianas por Sevilla, reinas de las tarimas, "chapando casetas", que no nos lo tengan que contar.





Esa noche nos dejó KO en todos los sentidos, el día había sido  largo, 24 horas despiertas no es algo habitual, así que caímos en la cama rendidas, esperando que el día volviera a iluminar la ciudad.

Y llegó el sábado, un sábado más que inesperado. No madrugamos, no teníamos fuerzas para ello, así que con tranquilidad fuimos levantándonos, preparando café, pasando por la ducha y planteándonos el día. Cuando todas estábamos listas, nos dispusimos a buscar un bar para comer, cuando de pronto llegamos a una terraza y aparecen mis Churreteros favoritos: Gabi y Alejandro. Tenían todo reservado desde febrero, desde el mismo día en que nosotras compramos los billetes, ¡y yo era la tonta que no sabía nada! Podéis imaginar mi cara, mi reacción, todo un poema, no podía creérmelo; si ya estaba siendo inmensamente feliz, esto aún engrandeció más este dulce fin de semana. 




Pasado el subidón, recorrimos Sevilla todos juntos, comimos (con rebujito, cómo no) y nos tomamos unos gintónics en la zona del centro, donde el sol daba vida a ese instante. Tras este inciso, bajamos al río a hacernos más fotos ("venga chicos, que no se diga") y de ahí a hacernos café en nuestra casa, algo que ya estábamos tomando como tradición para aguantar la intensidad de estos días. 
Y de nuevo, a ponerse guapas y guapos para la segunda y última noche de Feria. 





Con modelito distinto, noche distinta. Las chicas cenamos por nuestra cuenta en un bar cerca del Real, donde debo decir que de los cinco o seis donde estuvimos, este fue el peor con diferencia, por el trato, la calidad y el precio. El resto de bares, de categoría, pero como siempre, hay de todo en todas partes. Aun así en la terraza se estaba de maravilla y comimos, bebimos y charramos hasta quedarnos sin aire. Y esta noche tocaba una caseta diferente, la de Manuel, otro sevillano hospitalario, amigo de Gabi, que nos acogió y donde estuvimos con nuestra copa, churreteando, lo que más nos gusta. 








A las 00.00 lanzaron los fuegos artificiales que ponían fin a la Feria, y que hizo que la mayoría de casetas estuvieran apagadas, aunque nosotros fuimos en busca de una pública y llegamos a la del PSOE (por entrar en una), de la que salimos rápidamente por el agobio y porque, para qué mentir, el panorama era poco alentador y es posible que de ahí hubiésemos salido sin bolso o sin zapatos.
Tras dar un rodeo, pasamos por la caseta de CCOO; la cosa no pintaba mal, no había agobio de gente, no parecía que nos fueran a robar hasta la ropa interior y además tenían una pequeña verbena montada, así que ahí decidimos hacernos varias copas, al ritmo de un mezcladillo de música para todos los gustos. Y de ahí, al centro, al pub/discoteca Groucho, no sin antes pasar por casa para ponernos cómodas, yo me puse tan cómoda que me cambié de arriba a abajo y me la jugué en deportivas (en Sevilla salir así de fiesta es pecado), pero es que era la última noche y quería olvidarme de los tacones, sólo quería bailar hasta el amanecer y celebrar la vida junto a mis incondicionales amigos.
Y así fue, otra noche más en la que fuimos los últimos en salir de un local; cansados pero felices, agotados de bailar, de saltar y de hacer el tonto en general. Vivir es más bonito así.




Llegamos a casa y una pizza de cuatro quesos nos esperaba dentro del horno; deliciosa hasta decir basta y de gran ayuda para conciliar un reparador sueño que nos llevó al domingo 7, nuestro último día.
Sevilla amaneció a 35ºC, un excesivo calor que nos invitaba a comer dentro de un bar y no en la terraza como habíamos hecho hasta ese momento. Como siempre, el tapeo se adueñó de la mesa y esta vez en lugar de cañas y rebujito, el agua reinó durante la comida. El domingo todo sabía a despedida, cada bocado, cada paso por Sevilla, cada esquina que girábamos tenía una nostalgia lejos de la alegría que nos había invadido los dos días anteriores. Aun así la sensación de bienestar era patente entre todos, porque la experiencia había superado con creces las expectativas. Y tras el café y el repaso a la noche anterior, llegó el momento de pisar Triana por última vez para recoger nuestras maletas, esas que habíamos dejado preparadas antes de salir de casa. Y con el inconfundible ruido de las ruedas sobre el asfalto de adoquines de este espectacular barrio, cogimos un taxi hacia Santa Justa, para volver a nuestra ciudad. 
Despedirse de Paula fue duro, casi tanto como el 19 de marzo cuando ella se marchó de aquí, pero con la sensación de verano a la vuelta de la esquina y con mil planes juntas y no muy lejanos.




El tren nos esperaba a las 18.30 de la tarde y casualidades de la vida (o no), Gabi y Alejandro no sólo iban en el mismo vagón que Leire y yo, sino en los asientos de delante. Lo que hizo más ameno este triste regreso. 
Llegamos a Valencia a las 22.30 de la noche, con la maleta más llena que cuando nos fuimos. Sí, al menos la mía pesaba más, porque lo que era ropa y zapatos cuando me fui, ahora había que añadirle recuerdos imborrables, sonrisas intachables, momentos indescriptibles y una paz que siempre perdurará en mi cabeza. Ha sido más que bonito, ha sido perfecto, de principio a fin.




De Sevilla, su Feria y su gente, no tengo palabras, sólo puedo decir que volveré, que me han quedado muchas cosas por ver, que el que no haya ido que no lo piense ni un segundo, que Sevilla enamora, que es diferente, que Sevilla tiene un color especial y ahora doy fe de ello. 





SI EXISTE EL PARAÍSO, NO LO QUIERO SIN VOSOTROS. 





Ron Sexmith - Get In Line 

https://www.youtube.com/watch?v=M2FoIBQvUZ4

"Oh! It's a long line".