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miércoles, 27 de diciembre de 2017

YA NO USARÁ LA CAMA, AHORA DUERME EN UNA TUMBA.

Interiorizar una cosa hasta hacerla cotidiana no es bueno para el ser humano, sobre todo cuando tratamos temas delicados, que acaban deshumanizando la sociedad. Cuando a diario escuchamos cosas como guerras o hambruna en algún lugar del planeta, nos hacemos los consternados, pero en realidad, en poco, muy muy poco rato, hemos olvidado la noticia. Sólo nos conmueve eso que sucede cada cierto tiempo, como un atentado terrorista cerca de nuestra zona de confort, ahí es cuando activamos las alarmas y tardamos algo más en dejar un vacío cerebral de total olvido, aunque como siempre, lo terminamos olvidando también.
El problema viene cuando la noticia es algo que golpea DÍA TRAS DÍA nuestros televisores, periódicos y móviles, sin tan siquiera estrujar nuestras conciencias con la suficiente fuerza para frenarlo, porque el problema viene de mucho más lejos y eso, todavía se sigue justificando. 
Sí, hablo del TERRORISMO MACHISTA, de la matanza de la mujer, del asesinato y persecución diaria que acecha sobre nuestras cabezas. También la tuya, aunque seas hombre y estés leyendo esto. Nos matan por ser mujeres, simplemente por ser mujeres y además no cala en nuestro interior porque los medios nunca se atreven a decir la palabra "asesinada", sustituyendo esta por "muerta en manos de su pareja". Joder, lo hacéis difícil y largo. Sin ir más lejos, el periódico Levante, publicaba esta mañana una noticia sobre Andrea, la muchacha que su ex novio mató el otro día estrellando el coche contra una gasolinera: "Funeral por la chica muerta en el accidente de tráfico de Benicarló". No, no queridos periodistas del Levante, no ha muerto en un accidente de coche, ha sido asesinada por una persona con la que compartió dos años de su vida, estrellando el coche sin intento de frenada. A ver si empezamos a asociar conceptos. ¿Por qué no se atreven a decir la palabra "asesinada" prácticamente nunca? ¿Suena duro? ¿A qué se teme? A fin de cuentas es la cruda realidad, y superar esa barrera, una vez más, machista, es obra del feminismo, pues para estas causas está, aunque algunos se encarguen de echar piedras sobre dicho movimiento. Qué miedo se le tiene. Miedo, ¿a qué? 
Voy a explicar lo que yo siento y lo siento tras escuchar conversaciones de mi entorno y fuera de él, de mujeres, como yo, más mayores en la actualidad y que merecen todos mis respetos, pero que tuvieron mi edad en su momento y vivieron vidas mucho más distintas. 
No hace tanto tiempo que la mujer le debía a su esposo su virginidad hasta el matrimonio, su devoción absoluta en vida y un buen bienestar diario. Ella, se encargaba de cuidar de sus hijos, de limpiar y planchar la ropa sin opción a lo contrario, de mantener un buen clima hogareño y ser la mejor de las amantes. No exagero, es así. Con ello no quiero decir que al otro lado del matrimonio, es decir, el hombre, fuese un borracho, golfo y apestoso maltratador, para nada, aunque haberlos los había y los sigue habiendo, obviamente, pero simplemente hablo de una familia estándar, como puede ser la tuya que me estás leyendo o la del vecino. No hace tanto tiempo y todavía en la actualidad, la mujer debía ser la que aguantara las penas y vergüenzas del marido, aunque no fuese recíproco, siempre protegiéndolo de los males externos, porque no sé por qué, en esta sociedad se le tiene una lástima especial a los hombres, como si no fuesen capaces de desenvolverse en muchas cosas, y en el fondo, se les deja de inútiles, cuando no creo que lo sean, pero en esa posición se debe vivir bastante cómodo. Si en una familia de mayoría de chicas, hay un chico, descuida, él no debe nacer sabiendo cocinar, pero como llegue cierta edad y tú como mujer odies la cocina, oye, no eres digna de tener vagina. Creo que los roles ya se van repartiendo, yo tengo un hermano mayor y realiza sus tareas del hogar como cualquier mujer nacida a mediados del siglo pasado, lo que demuestra que no es un don innato de las féminas el ser cuidadoras de niños, maridos y hogares, cualquier ser humano indistintamente de su sexo, puede pasar un aspirador. El problema viene cuando eso no se comprende. El problema viene cuando ella, en lugar de callarse y agachar la cabeza, pensando que no le queda otra opción en vida que ser esclava, se revela, cuando es capaz de romper esas cadenas "amorosas" que le atan cada día a un futuro que no es suyo. El problema viene cuando la mujer se marcha, abandona una relación por el motivo que sea, ya no es el prototipo que el hombre tenía en su cabeza y lo deja despechado, sin plancharle la camisa y con el corazón arrugado. El problema es cuando crees que una mujer te pertenece hasta el punto de matarla. Cuando la hostia que le has dado resuena en la mayoría del colectivo feminista, cuando desde fuera, las que no estamos dispuestas a sufrir ningún tipo de abuso, ni falta de respeto machista, comprendemos por qué ocurre y la hostia nos duele a todas. Ya no somos las sumisas que algún día fuimos. Queremos poder ser libres, no vivir pendientes de alguien que no lo hace por nosotras, no queremos ser esposas, queremos ser suaves lazos de seda, que enlazan, pero no atan, ni aprietan, ni duelen. Y eso no todos lo llevan bien y por eso nos matan. Porque la digestión de los sentimientos que has creído siempre impuestos es un proceso costoso, el autocontrol cuando es tan fácil asesinar sin pretextos, no es necesario tenerlo. Simplemente después será una noticia más y cómo no, el minuto de silencio de rigor, con el alcalde del pueblo como siempre y las banderas a media asta; un minuto de silencio que debería durar una eternidad entera. 

Recuerden: Hay racismo, por ello matan personas de diferente color de piel. Hay homofobia, por ello se matan homosexuales. Hay machismo, por ello se matan mujeres.
Y si tú eres hombre y no te consideras machista, apoyar el feminismo es lo mejor que puedes hacer para acabar con esta lacra.
Y si eres mujer y justificas el machismo, sobre todo si eres joven (que las hay y muchas) estando en el siglo XXI y teniendo tantos medios para informarte, lo siento con todo el alma, pero eres el mayor enemigo que podemos tener y además, eres gilipollas.

47 ASESINADAS HASTA EL DÍA DE HOY EN LO QUE LLEVAMOS DE AÑO. Y aún quedan cuatro días para que termine. 


¡FELIZ 2018!





La maté porque era mía - Platero y tú


"Ya no usará la cama, ahora duerme en una tumba". 

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